Este año por Sant Jordi recibí, de alguien que me conoce muy bien, Reinas Malditas, de la escritora Cristina Morató. Antes de leerlo ya sabía que iba a gustarme.
El libro está estructurado en 6 partes, centrándose cada una de ellas en una “Reina maldita”. Cada parte, a su vez está formada por diversos epígrafes que se centran en algún aspecto concreto de la vida de estas mujeres. Ni mucho menos pretendo resumir el libro, sería imposible reproducir cada detalle, pero si destacaré lo que más me ha llamado la atención de cada una de estas mujeres.
Sissi. Una extraña en la corte. Isabel de Baviera nació en Munich en 1837. Para Sissi fue complicado adaptarse a su nueva vida como emperatriz. Es más, considero que nunca lo consiguió. Acostumbrada a una vida campestre, despreocupada y sin formalidades el cambio le supuso un sacrificio. Lejos de la idealizada imagen que podemos tener de la emperatriz de Austria (en mayor parte por las películas), Sissi padecía anorexia nerviosa, lo que me hace comprender su extravagante y excéntrico comportamiento. Tras el suicidio de su hijo su delicada salud empeoró, se deshizo de sus joyas, nunca más vistió de color y prohibió que la retrataran.