Normalmente, cuando un libro tiene su versión cinematográfica, tengo por costumbre leerlo primero y después ver la película. Sin embargo, con esta novela me pasó al revés. Fui al cine pensando que vería una película sobre la Segunda Guerra Mundial sin más y salí tan fascinada que me puse a indagar sobre ella y así fue cómo conocí su curiosa procedencia.
Irène Némirovsky, la autora, fue una escritora nacida en Ucrania pero que pasó gran parte de su vida en Francia. Creció en una familia de clase alta y comenzó a escribir novelas con gran nivel de aceptación entre el público y entra la sociedad de entonces. Pero, una vez llegada la Segunda Guerra Mundial, su prometedora carrera se va al traste, siendo arrestada por su origen judío y muriendo en Auschwitz en 1942. Sin embargo, afortunadamente sus hijas lograron escapar y refugiarse con unos familiares, portando los manuscritos de las obras de su madre con ellas.