Siempre había sentido curiosidad por las novelas de Arturo Pérez Reverte, pero fue la recomendación de esta novela la que me hizo decidirme por fin a leer algo de este escritor.

Como protagonistas principales nos encontramos a Max Costa, un bailarín mundano entre otras “profesiones” no tan dignas de renombre, y a Mecha Inzunza. Ambos se conocen a bordo del crucero cap polonio, donde Mecha Inzunza viaja con su marido, un compositor de reconocido prestigio. Es allí donde surge una fuerte, a la par que extraña, conexión entre los tres, que los transportará a Buenos Aires para adentrarse en los orígenes del tango, que según describe el autor, no es nada parecido al tango que se baila en nuestros días.

Posteriormente, la historia de nuestros protagonistas se traslada a Niza, coincidiendo con la Guerra Civil española, para acabar en Sorrento. Es allí donde se producirá el último encuentro entre ambos, cuya trama, situada en el contexto de la Guerra Fría, girará en torno al ajedrez.

        Me llamó la atención este libro cuando, una noche de domingo, me encontraba viendo el programa de televisión Cuarto Milenio y apareció como invitado su autor, Javier Sierra, hablando sobre El Maestro del Prado. He de decir que enseguida me picó la curiosidad y, en cuanto pude, me adentré en sus páginas.

       El Maestro del Prado relata los encuentros que tiene el propio autor con un hombre misterioso que se le aparece en el Museo del Prado cuando se encuentra delante de ciertas pinturas muy reconocidas. A partir de ese momento, este hombre le empieza a contar todos los secretos que esconden ciertos cuadros y sus conexiones entre ellos, los símbolos que pasan desapercibidos para la mayor parte de la gente pero que, conociendo un poco la historia y fijándose bien, pueden cambiar totalmente el sentido que en un principio se pueda interpretar de las obras. Javier queda impresionado y, sin percatarse, se encuentra dentro de una investigación sobre quién es el hombre que le ilustra de todo aquello y el secreto que guarda.

En un ejercicio de sinceridad por mi parte, me siento en la obligación de haceros saber que soy una auténtica apasionada de las novelas de Dan Brown, de forma que es bastante probable que esta reseña no cuente con toda la objetividad que podáis esperar.
     

En esta nueva novela volvemos a encontrarnos con su protagonista estrella, el profesor de simbología Robert Langdon, que despierta totalmente desorientado en el hospital de Florencia. A partir de ahí, y sin saber el motivo, comienza una cadena de ataques y huidas, para las que contará con la ayuda de una joven médica, Sienna Brooks. Junto a él encuentra un pequeño cilindro que contiene un proyector con el Mapa del Infierno de Botticelli modificado.