La novela se estructura en dos partes. La primera de ellas comienza con el soneto “Desmayarse” de Lope de Vega y la segunda parte con el soneto “Amor constante más allá de la muerte” de Francisco de Quevedo.
Berenjena, en Toledo, ante el Tribunal de la Santa Inquisición el año 1625 en un acto de rencor y resentimiento acude voluntariamente a testificar contra la prisionera Isabel de Mendoza.
En sus declaraciones retrocede a 1599, a su solitaria vida de huérfana en el hospicio de la Santa Soledad.
Lo que en un principio para fiscal, notario e inquisidores es un caso más de herejía, comienza a transformarse en misterios, secretos, magia, superación, orgullo, enigmas, amor incondicional, desengaños, traición, sectas y un largo etcétera.
La llegada al hospicio de una niña con un pergamino que no le permiten leer y un precioso chal de seda con un extraño dibujo bordado, despierta en Berenjena una curiosidad extrema por la que incluso pone en riesgo su vida. Muy al contrario, el hecho de saber que las personas que tienen información relacionada con el inquietante secreto aparecen asesinadas no le causa el suficiente miedo para alejarse del oscuro asunto de Bárbara, la niña cuyas manos tienen el poder de sanar o de destruir lo que la rodea.
Es una de las novelas que más me ha gustado en los últimos tiempos, no podría mencionar un solo “pero”.
La autora consigue mantener al/la lector/a en vilo desde la primera hasta la última página. En varias ocasiones me ha hecho reflexionar sobre la vida.
Más allá de la elaborada historia que narran sus personajes (casualidad o no que la mayoría de personajes femeninos tienen nombres que comienzan por la letra “B”, como son: Berenguela, Berta, Bárbara y Blasa), es preciso hacer mención a la forma de escribir de Cristina López Barrio. Es una lectura clara, entretenida, con descripciones suficientes para transmitirnos lo que pretende sin que la lectura nos resulte tediosa.
La novela tiene un final abierto pero, al contrario de otras novelas con final abierto, en este caso todos los misterios quedan resueltos y zanjados, eso si, de la manera más inesperada.
En mi opinión, hace un uso excelente de metáforas, se percibe que su prosa está muy trabajada, destaca por su delicadeza y elegancia.
Al llegar a un punto muchas veces he pensado: “¡Esta autora es una artista!” Sin embargo, al llegar al punto y final pensé: “Lástima que haya terminado”.
*Frase destacada:
- "Pocas cosas he conocido tan gratificantes con el paso de los años como el placer de abandonar la mente ante el precipicio de las conjeturas. Se poseen entonces dos vidas, la que transcurre en la cotidianidad de fregar suelos, planchar y lavar la ropa, y la que transcurre en la cabeza del ser humano, palacio a veces oscuro a veces luminoso donde es dueño y señor de sus pensamientos y de lo que imagina".
María
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