12 de abril de 2016

YO ASESINÉ A KENNEDY (Y A SUS 7 GUARDAESPALDAS), I.J. Hernández (Mutants club poets, 2015)

  Son habituales los libros en los que misteriosos asesinatos hacen al/la lector/a permanecer en vilo durante su lectura, ya que no suele ser hasta el final cuando conocemos la identidad del/la asesino/a.

  Lo primero a tener en cuenta es que nos hallamos ante un libro underground. En “Yo asesiné a Kennedy (y a sus 7 guardaespaldas)”, como se puede deducir del propio título, se encadenan los asesinatos, pero la forma en que producen y se transmiten al/la lector/a son de lo más peculiares, lo que proporciona mayor originalidad a la obra.

   En sus primeras páginas ya conocemos al Asesino. Se presenta, se describe y hasta le tomamos cariño. Precisamente no le tomamos cariño por ser “buena gente” sino por el carácter y la personalidad con que I.J. Hernández lo confecciona. Seguidamente, el Asesino planea los asesinatos. Para llevarlos a cabo recluta al Guardaespaldas Número Ocho, nadie mejor que quien los conoce de cerca.


  Cada asesinato es diferente al anterior, pues para ejecutarlos el Asesino se inspira y recrea escenas de películas, adaptándolas a los personajes del libro (como ejemplo: Pulp Fiction, escena: Jules Winnfield y el discurso bíblico; Drive, escena: driver, el clavo y el martillo; Perdita Durango, escena: Romeo y el lifting; etc). No hace falta advertir que si se han visto las escenas correspondientes se entenderá mejor cada asesinato. Por ello, es un libro recomendado especialmente a cinéfilos/as.

  El libro se compone de una segunda parte, en la que el hilo conductor pasa a ser otro diferente del primero, aunque no he logrado descubrir si tiene alguna conexión (que probablemente la tendrá). Esta segunda parte no me ha parecido tan atractiva, aunque sí igual de extravagante.

  Lo que más me ha gustado del libro es que está plagado de referencias culturales de todo tipo y no resulta una lectura tediosa, ya que el vocabulario está perfectamente equilibrado entre lo enriquecedor y lo soez. Hace una combinación extraordinaria, sin perder el lenguaje claro y directo, tanto que algunas páginas pueden herir la sensibilidad de los/las más pudorosos/as.

  Si me preguntaran sobre este libro, me limitaría a recomendar su lectura porque es divertido y “desagradable” a partes iguales. Nunca había leído nada del estilo de esta obra pero me ha gustado la experiencia.

  En cuanto a las palabras que la lectura del libro me ha permitido incorporar a mi vocabulario, son las siguientes:

·Concupiscencia (P. 89): Deseo de bienes materiales o terrenos, en especial deseo sexual exacerbado o desordenado.
·Sicalíptica (P. 91): Erótico o subido de tono en sugerencias sexuales.
·Exinanido (P. 119): Notablemente falto de fuerzas.

María

1 comentario:

  1. "Anda
    deja que descubra los montes de tu mapa
    la concupiscencia secreta de tu alma
    [...]"

    Esto es un extracto de una letra de Aute, la canción se titula "Anda", es bastante erótica, muy Aute, si tienes curiosidad por la concupescencia deberías de escucharla, yo conozco la palabra por la canción; respecto a las otras dos palabras creo que no las conocía.
    Resulta interesante la reseña y las referencias cinéfilas de la novela.

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