Cuando este libro llegó a mis manos, quedé sorprendida gratamente por su preciosa portada. Tengo que reconocer que soy de las que me dejo encandilar por las portadas de los libros y sabía que me encontraba ante un libro diferente en muchos sentidos.
El habitante de las estrellas nos muestra una visión amplia y totalmente fascinante de ciertas facetas de la vida. A través de las vivencias del niño Justo, a sus ocho años, se nos descubre un mundo que transciende de lo común y lo mundano y va más allá de las sensaciones terrenales. Temas como el amor, la muerte, la familia... son tratados por Justo desde una perspectiva inocente, filosófica e, incluso, metafísica. Desde su “pequeño reino”, Justo observa a su alrededor, despierta a través de sueños y sensaciones, tratando de minimizar una situación social y familiar que no es fácil en la época franquista. Su padre Alberto, su mayor inspiración, le ayuda y fomenta a ello y tiene gran presencia en la compresión ideal de la vida y del mundo de Justo, entre otros personajes influyentes para este niño, todos ellos con algo que aportar a esta historia.
Nos encontramos ante una novela, en mi opinión, completamente filosófica. El autor se aleja de toda suerte de convencionalismos, de la típica estructura de introducción, nudo y desenlace y se centra en lo que realmente quiere destacar: que el/la lector/a se sumerja en lo que Justo nos está narrando y no quede indiferente a ello, si no que vivamos de una u otra forma lo que se nos presenta, que nos dejemos llevar y abramos la imaginación y la mente al sentimiento, a otras formas de plantearnos la vida.
La prosa del libro está muy cuidada, con expresiones estudiadas y elaboradas, descripciones con gran belleza narrativa y con matices poéticos en muchas de sus páginas, lo que hace que la lectura resulte agradable y el/la lector/a reciba con mayor encanto el mensaje que se transmite.
A todo lo anterior, quiero destacar que los beneficios íntegros del libro se aportan al Proyecto Turkana, Unidad de niños desnutridos, por medio de la Asociación Infancia Futura, de la que tuve la suerte de conocer toda la labor que realizaban en la presentación del libro de esta novela. Si queréis saber más, podéis pinchar en el nombre de la Asociación que os llevará directamente a su página.
En conclusión, recomiendo este libro a todos/as aquellos/as lectores/as que quieran dejarse llevar por otra perspectiva de la vida, de las emociones, que quieran sumergirse en una visión que va más allá de lo que las vivencias del día a día nos ofrecen.
Frases destacadas
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“El ambiente era inefable. No hay palabras que puedan, siquiera, aproximarse a ese paroxismo de emociones. Todo en derredor era Amor."
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“Ya sabíamos que la casualidad no existía y que, simplemente, se estaba transformando en cierta la materia de nuestros deseos”.
Lydia
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